Las notas del cuaderno de comunicaciones
- Es el lugar físico en donde se dejan asentados los “recordatorios” (listas de materiales, fechas de actos, salidas, eventos, autorizaciones, notas institucionales). Es el canal formal de comunicación entre la escuela y la familia.
- Es un espacio de intercambio entre maestros y padres.
- Es la última herramienta del docente (cuando se agotaron todas las instancias anteriores), para lograr frenar las inconductas de los alumnos.
Me
gustaría centrarme en este último ítem, en la función del cuaderno como
regulador del comportamiento.
Sin
embargo, antes de profundizar en las implicaciones que tiene el uso del mismo,
conviene hacer un flashback de la situación
conflictiva, para dilucidar en qué contexto se toma la medida de mandar una
nota a los padres.
Todo
comienza cuando, por ejemplo, el maestro quiere explicar un tema y uno de los
niños no logra concentrarse y comienza a conversar con sus compañeros. Las
estrategias que emplea el maestro (en este orden), son:
En
este último caso, el maestro visiblemente alterado, envía una nota, que bien
podría ser como la que aparece a continuación:
Esta nota, escrita de esta manera, considero que no es eficaz para lograr el objetivo propuesto, por varias razones:
No se explica cuál es la norma puntual que el niño no pudo
respetar.
Se traslada la situación al hogar para que los padres
conversen con su hijo, faltando el marco y el contexto en el que dicho problema
tuvo lugar.
Supongamos
que decidimos enviar esta nota. Es muy posible que recibamos una respuesta de
la familia, pero posiblemente no será el tipo de reflexión que esperamos:
- Que el padre está enojado porque toma los dichos del niño al pie de la letra y desconoce el contexto en el que ocurrió la situación (justamente porque el docente no la explicitó adecuadamente).
- Que la familia quiere solucionar la problemática porque siente como propia la angustia que experimenta el niño y no sabe cómo canalizarla.
En
este escrito también se ve cómo la familia decide involucrar a otros niños, en
este caso, a Martín. Considero que esto es completamente inadecuado
y falto de ética. Los menores no deben ser mencionados oralmente o
por escrito ya que justamente se trata de preservar sus derechos¹
Entonces…. ¿cómo se debería proceder?
Sin
embargo, en caso de que no sea posible concertar una reunión (por una cuestión
de horarios) y el maestro opte por enviar una nota, se debe tener en cuenta
que:
El
texto escrito debe explicar lo que ocurrió con el mayor detalle posible. Para
ello es necesario ESCUCHAR ATENTAMENTE al niño (cosa que en general no ocurre),
para determinar cómo fueron los hechos.
Nunca
se debe incluir el nombre de otros compañeros que hayan estado implicados.
Se
debe mencionar cómo se procedió (de qué manera se reparó el daño causado) y a
qué conclusiones se llegaron.
Las
notas se deben enviar siempre en un sobre cerrado, para que el hecho acontecido
solamente sea visto por las personas que corresponde. De esta manera, se
garantiza el derecho a la intimidad y privacidad del alumno.
Tener
en cuenta los pasos anteriores, permitirá una mayor claridad en la
comunicación.
A modo de cierre
Como
adultos responsables de los niños, tenemos que encontrar los modos más amables
para dirigirnos y lograr que modifiquen ciertas actitudes.
NOTA:
[1] En muchas ocasiones me ha tocado presenciar la triste
escena del padre que denigra al compañero de su hijo porque se siente en el
derecho de increparlo (olvidando que debe hablar con los padres del niño, JAMÁS
con el niño).
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